lunes, 22 de agosto de 2011

Capítulo 23

Ben fue a buscar a Alex. Cuando llegó a su casa, Alex estaba subiendo a su coche…
- ¡¡Caray!! ¿El coche? ¿Pero qué te vas a llevar, tu casa?
- No, pero casi –Alex rió y luego miró a Ben- ¿subes o no?
- Claro, ¿a quién recogemos primero?
- A las dos, hablé con Adrienne y nos están esperando las dos en el parque.
- Ah, vale.
Alex arrancó el coche –un descapotable negro- y se dirigió al parque. Durante el camino, Ben empezó a mirar la música que tenía hasta que al final puso una.

Cuando llegaron al parque, Alex saltó fuera del coche sin abrir la puerta, y Ben hizo lo mismo.
Adrienne y Caroline estaban en la parte de atrás del parque y en cuanto los vieron, fueron corriendo donde estaban ellos. Caroline abrazó a Alex y Adrienne saltó hacia Ben, lo que hizo que los dos cayeran al suelo.
Fueron andando hasta el coche y cuando lo vieron, se asombraron.
- ¿De quién es este cochazo? –dijo Adrienne.
- Mío –Alex soltó una risa bajita cuando vio la cara de envidia que se le ponía a Ben.
- Me encanta –dijo Caroline asombrada, y fue lo único que pudo decir.
- Bueno… ¿subimos? –preguntó Ben.
Dicho esto, los cuatro subieron al coche, Adrienne y Ben se pusieron en la parte de atrás, y Caroline se sentó delante al lado de Alex.
Fueron en el coche callados y escuchando música hasta la playa. Cuando llegaron, Adrienne y Ben se fueron corriendo al agua, y Alex se acercó a Caroline.
- Tengo una sorpresa para ti –sonrió y después le tapó los ojos con un pañuelo- espera aquí, tardo poco.
- Vale –Caroline sonrió.
Alex abrió el maletero del coche y sacó el casete, la mesa desmontable, el mantel, una vela y dos copas. Después de colocarlo fue a por las sillas y el CD que puso en el casete.
Fue dónde estaba Caroline e hizo que saliera del coche. Luego, antes de cerrar el maletero, cogió el ramo de flores y llevó a Caroline hacia la mesa, poniéndola de espaldas. Le quitó el pañuelo y le puso el ramo de flores delante.
- Es… es… precioso –Caroline sonrió y lo cogió.
- No tanto como tú –Alex se acercó a ella y la besó.
Cuando se separó la miró a los ojos sonriendo.
- Todavía no has visto todo.
- ¿Ah, no? Sea lo que sea seguro que viniendo de ti me encanta.
Alex sonrió y le dio la vuelta.
- Esto es… no tengo palabras –Caroline se dio la vuelta y le abrazó.
- Entonces… ¿te gusta? No sabía que… -y sin que pudiera decir más, Caroline se tiró a él, cayendo los al suelo y le besó.
- Me encanta –Caroline se levantó ayudando a Alex a levantarse.
- Espera –Alex fue al maletero y volvió con dos refrescos- venga, siéntate.
- No tenías que haber hecho todo esto…
- Por ti, todo –Alex sonrió de oreja a oreja y luego hecho el refresco en la copa.
Cuando Caroline creía que ya no había más, que todo había terminado, Alex se levantó y le tendió la mano. Caroline hizo caso y se levantó cogiéndole la mano. Después encendió el casete y puso una canción.
- ¿Bailas?
- Si –sonrió y después Alex la cogió y empezaron a bailar lento y muy pegados.
It's not that I can't live without you (Es que no pueda vivir sin ti)
It's just that I don't even want to try (Es que no quiero intentarlo siquiera)
Every night I dream about you (Cada noche sueño contigo)
Ever since the day we said goodbye (Aún desde el día que nos dijimos adiós)
If I wasn't such a fool (Si no fuese tan tonto)
Right now I'd be holding you (Justo en este momento estaría abrazándote)
There's nothin' that I wouldn't do (No hay nada que no pueda hacer)
Baby if I only knew (Nena si tan sólo supiera)


The words to say (Que palabras decir)
The road to take (Que camino tomar)
To find a way back to your heart (Para encontrar la forma de volver a tu corazón)
What can I do (¿Qué puedo hacer)
To get to you (para llegar a ti)
And find a way back to your heart (y encontrar un camino de vuelta a tu corazón?)


I don't know how it got so crazy (Yo no sé como esto se tornó tan loco)
But I'll do anything to set things right (Pero haré cualquier cosa para que las cosas estén bien)
Cause your love is so amazing (Porque tu amor es tan increíble)
Baby you're the best thing in my life (Nena tú eres lo mejor en mi vida)
Let me prove my love is real (Déjame probarte que mi amor es real)
And made you feel the way I feel (Y hacerte sentir de la forma que yo siento)
I promise I would give the world (Te prometo que te entregaría el mundo)
If only you would tell me girl (Si tan solo me dijeras)


The words to say (Que palabras decir)
The road to take (Que camino tomar)
To find a way back to your heart (Para encontrar la forma de volver a tu corazón)
What can I do (¿Qué puedo hacer)
To get to you (para llegar a ti)
And find a way back to your heart (y encontrar un camino de vuelta a tu corazón?)

Mientras iban bailando Alex acercaba más su cara a la de Caroline.
- Eres mi vida, te amo, no sé qué haría sin ti –le susurró Alex mirándola a los ojos.
- Pues yo te quiero, te amo y te adoro –susurró, y luego le beso lenta y tiernamente.

Give me one more chance, to give my love to you (Dame otra oportunidad para darte mi amor)
Cause no one on this earth loves you like I do (Porque nadie en esta tierra te ama como lo hago yo)
Tell me (Dime)


The words to say (Que palabras decir)
The road to take (Que camino tomar)
To find a way back to your heart (Para encontrar la forma de volver a tu corazón)
What can I do (¿Qué puedo hacer)
To get to you (para llegar a ti)
And find a way back to your heart (y encontrar un camino de vuelta a tu corazón?)


I turn back time (Regresaría el tiempo)
To make you mine (Para hacerte mía)
And find a way back to your heart (Y encontrar la forma de volver a tu corazón)
I beg and plead (Te ruego y te imploro)
Fall to my knees (De rodillas)
To find a way back to your heart (Encontrar un camino de vuelta a tu corazón)


The words to say (Que palabras decir)
The road to take (Que camino tomar)
To find a way back to your heart (Para encontrar la forma de volver a tu corazón)
What can I do (¿Qué puedo hacer)
To get to you (para llegar a ti)
And find a way back to your heart (y encontrar un camino de vuelta a tu corazón?)


Cuando terminó la canción todavía seguían besándose igual que antes. Pero… algo hizo que se separaran, de repente les alumbraron con una luz a la cara.
- Tortolitos, ¿os venís a bañar? –Dijo Ben riendo.
Eran Ben y Adrienne que estaban mirándolos, no sabían cuanto tiempo llevaban, pero Alex y Caroline se sonrojaron y se separaron.
- Ahora vamos, primero recogeremos esto –dijo Alex avergonzado.
Recogieron todo, y cuando ya estaban en bañador, Alex le dio un pico a Caroline, y fueron corriendo al agua cogidos de la mano.
- Por fin aparecéis –dijo Adrienne- os hemos preparado una sorpresita.
Adrienne fue a por Caroline y Ben a por Alex y les hicieron una aguadilla.
- ¿Esta era vuestra sorpresita? –preguntó Caroline cuando la dejo salir en un tono de enfadada.
Todos se quedaron mirando a Caroline cayados, Adrienne pensando que la había cagado se acercó a Caroline.
Caroline la miró acercarse y cuando estaba lo suficientemente cerca sonrío de lado y le hizo una aguadilla.
- Venganza –se río Caroline al decirlo.
Todos se rieron con Caroline. Después de que Caroline dejara salir a Adrienne fueron a por una pelota para jugar los cuatro. Cuando se hizo de noche salieron del agua, Alex y Caroline se quedaron sentados en la arena.
- Nosotros vamos a ir a dar una vuelta –dijo Ben.
- Vale, Carol y yo nos quedaremos aquí –dijo Alex sonriendo.
Ben y Adrienne se fueron, dejando a Alex y a Caroline solos.
- Te acuerdas de nuestra primera… ¿cita? Creo que si se puede llamar así –sonrío Alex.
- Si –Caroline abrazó a Alex- estábamos viendo las estrellas iguales que las que hay esta noche.
- Iguales que las de hoy… -Alex hizo que se tumbara Caroline y él se tumbo a su lado, se dieron la mano- Pero esta noche es más especial que la primera.
- ¿Por qué?
- Porque eres mira –sonrío y la besó.
Se puso encima de Caroline besándola, mientras le acariciaba la cara.
- Estás fría.
- Tengo algo de frio…
- Conmigo no lo tendrás. –La abrazó pegándose a ella sin que hubiera ni un centímetro libre- Estás muy guapa en biquini –Caroline se sonrojó sin saber que decir, tampoco podía decir nada, se lo impedía Alex que acabava de volver a besarla- ¿Ya estás mejor?
- Si –sonrió, pero enseguida empezó a apartarse Alex- digo… no.
- ¿Seguro? –rio y volvió a pegarse a ella- Yo te noto ya muy caliente.
- No creo que lo esté más que tú.
- Vamos a comprobarlo –empezó a besarle el cuello y fue bajando por el pecho hasta llegar a su abdomen- creo que sí, yo estoy más caliente –sonrió Alex.
- Te lo dije –rió.
- Pero tú me pones más caliente –se pegó a ella y la besó en la boca.
Mientras que Alex y Caroline se besaban, Alex empezó a bajarle el tirante del biquini, pero Caroline lo paró.
- No creo que sea el momento, Ben y Adrienne pueden volver en cualquier momento.
- Tienes razón –Alex se levantó y la ayudó- mejor cuando estemos completamente solos –le dio un pico de nuevo.
- Estoy volviendo a tener frío… -miró a Alex y este la volvió a abrazar- mejor nos vestimos, ¿no?
- Sí, claro –fueron al coche a por la ropa y se vistieron.
- ¿Encendemos una hoguera?
- Vale –Alex miró a su alrededor- pero antes tendremos que ir a por leña… no veo nada por aquí.
- Si, voy contigo.
- Está oscuro.
- Nos llevamos una linterna… ¿tienes?
- Si, hay una en el coche, espera aquí –Alex se fue al coche y buscó en la guantera su linterna, cuando la hubo encontrado fue con Caroline- aquí está.
- Pues vámonos –le cogió la mano a Alex y este encendió la linterna.
Se metieron por entre los árboles que había al lado de la playa, cogiendo cada rama que se encontraban. Hasta que se oyó un ruido.
- He oído algo –dijo Caroline temblando.
- No será nada –la abrazó Alex con una mano, en la otra tenía las ramas- vamos a mirarlo.
- Tengo miedo.
- Conmigo no tienes que temer nada.
Beth le cogió la mano a Alex y sonrió. Fueron andando siguiendo ese ruido.
- ¿Sabes que puede ser?
- No… lo que si se es que está cerca de la playa –fueron andando siquiendo el sonido- o está en la playa.
Siguieron andando, hasta que solo les separaba de la playa una fila de árboles.
- Está al otro lado –dijo Alex.
- Pues vamos –Caroline apretó más fuerte su mano.
- Vale.
El paso estaba muy estrecho, así que Alex cortó algunas ramas para que pudiera pasar Carolina sin arañarse. Cuando las hubo cortado pasaron, primero Alex y luego Caroline. Miraron lo que había en la playa y…

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Ben y Adrienne comenzaron a caminar por la orilla de la playa, agarrados.
Poco a poco se adentraron entre los árboles.
- Está empezando a anochecer –dijo Adrienne.
- Mejor –contestó Ben con una sonrisa pícara y cogió a Adrienne de la mano.
Un poco más delante de donde se encontraban, había unas rocas y se dirigieron hacia allí.
Caroline se sentó en una y Ben a su lado.
- Me da miedo pensar lo que estarán haciendo esos dos allí solos –dijo Ben de broma.
- Ya, y a mí –siguió Adrienne con una carcajada.
- Pero, ¿sabes que me da aún más miedo? –preguntó Ben.
- ¿Qué?
- El que un día me dejes –a Adrienne le cambió la cara de repente. Se le vino a la cabeza las palabras de Elisabeth. Ella bajó la mirada, intentando que Ben no la viera.
- ¿Pasa algo? –preguntó Ben levantándole la cara con la mano.
- No… -dijo Adrienne intentando no llorar.
- ¿Seguro? –insistió preocupado.
- Seguro –a continuación le besó para tranquilizarlo. Él se lo siguió- ¿En qué piensas? –le preguntó a Ben.
- En la pelea, no sé, tengo un mal presentimiento –hizo una pausa- prométeme que vas a estar a mi lado –Adrienne sabía que no podía prometerle eso, pero aún así, lo hizo.
- Lo prometo –Ben se levantó y miró a su alrededor.
- ¿Qué miras? –preguntó Adrienne extrañada.
- Nada, quería asegurarme de que Alex y Carolina no vienen.
Ben se puso enfrente de Adrienne y se colocó entre sus piernas.
- Podriamos… -propuso Ben pero Adrienne lo besó y no pudo decir nada más.
Él le siguió el beso con mucha más furia que en el de antes. Adrienne se quitó de su pensamiento a Elisabeth y se centró al completo en Ben.
Empezó acariciando su pelo y siguió por su cuello mientras lo besaba, y sus manos bajaron por su espalda.
Ben se pegó más a ella, asegurando las piernas de Adrienne a su cintura.
De un tirón le quitó la camiseta larga que llevaba puesta Adrienne, rompiéndola, y dejándola en biquini.
- Vale, ahora me he quedado sin camiseta –dijo Adrienne riéndose.
- Es que me estorbaba –le dijo Ben al oído.
Ben deslizo sus manos hasta la espalda de Adrienne y buscó el nudo del biquini. Él pisó una pequeña rama que crujía y Adrienne se exaltó.
- Tranquila, he sido yo –dijo Ben.
Justo en ese momento aparecieron Caroline y Alex, y los sorprendieron, pero ellos no se ieron cuenta.
- Esto… vale… creo que interrumpimos –dijo Alex riendo.
Adrienne y Ben se asustaron y rápidamente se incorporaron, poniéndose Ben delante de su novia, mientras que Adrienne se ponía de nuevo el biquini.
- No es lo que parece –dijo Ben.
- Se me ha roto la camiseta –intentó disimular Adrienne.
- Ya claro, ¿y el biquini también se te ha desabrochado solo? –dijo Caroline bromeando.
- Vale, cambiando de tema –dijo Ben intentando despistar el tema de conversación- ¿Qué hacéis por aquí?
- Veníamos a buscar leña para hacer fuego –explicó Alex.
- Aunque parece que el fuego ya lo hemos encontrado –bromeó Caroline. Adrienne le mandó una mira asesina.
- Bueno, ir yendo vosotros, vamos después –dijo Ben.
- Vale –Caroline y Alex volvieron a andar y Adrienne y ben se quedaron otro pequeño rato allí sentados.

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Caroline y Alex llegaron a la playa y encendieron la hoguera, después de ellos llegaron Adrienne y Ben. Cogieron dos mantas y se sentaron enfrente de la hoguera.
- Carol, ¿conoces las leyendas de los lobos? –preguntó Ben.
- No –miró a Alex- no me las ha contado nunca.
- Estaba buscando el momento –dijo Alex- y este es perfecto –sonrió.
- Las cuento yo, que me las sé a la perfección –rió Ben- ¿tú te las sabes Adrienne?
- Claro –rió- llevan contándomelas desde que era muy pequeña.
- Bueno… pues empiezo –Ben se aclaró la voz- Cuenta nuestra historia que los licántropos venimos de los animales salvajes.
>> Hace tiempo llegó a nuestro continente un hombre que tenía el don de convertirse en lobo. Era un salvaje, y no hacía lo que hacemos ahora. Se dedicaba a matar gente. Mordieron a nuestros bisabuelos y estos al cabo de unos días, obtuvieron su poder. Se encerraron en una cueva para contener su hambre, porque no querían hacer daño a sus amigos y familia.
>> Estuvieron tres meses dentro de la cueva, alimentándose de los animales que pasaban por un agujero pequeño, eran ciervos, jabalíes, pumas, … Cuando salieron, lo primero que hicieron es buscar a la persona que les había hecho eso. Había matado a mucha gente, pero nadie había sobrevivido como ellos.
>> Un día le acorralaron por el bosque y entre todos le mataron para que no pudiera hacer más daño. Después de eso, en su forma humana, fueron a sus casas e intentaron cambiar su hábito de comida. Les llevó otros tres meses, pero lograron vivir como si fueran humanos normales.
>> Hicieron una vida normal, incluso se casarón. Pero cuando sus hijos, que eran nuestros abuelos, llegaron a la adolescencia, cambiaron su actitud, se pusieron muy enfermos con fiebre, y cuando hablaban, no paraban de decir tonterías. Al poco tiempo de tener eso, se convirtieron en lobos.
>> Después fueron otros seres, que eran muy parecidos a los humanos y más fuertes, que atacaron al pueblo. Nuestros bisabuelos empezaron a entrenarse para atacarlos. Y lograron hacerlo, resultaron ser la única especie que los podía vencer. Esas especies nuevas fueron las que hoy en día llamamos vampiros.
>> Nuestros bisabuelos decidieron separarse para ver si así podrían desprenderse de sus poderes. Se fueron a continentes y países distintos, cada uno por separado, excepto seis que se vinieron aquí.
>> Tuvieron una vida lejos de todos los demás. Pero siguieron con sus poderes. Cuando se murieron nuestros bisabuelos, nuestros abuelos se dieron cuenta de que nacían y morían siendo licántropos, y nadie podría deshacer eso. Así que empezaron a entrenarse para cuidar del pueblo. Y a partir de ellos, llegamos nosotros, y cada vez va habiendo más licántropos.
>> El primer licántropo dicen que puede haber venido por un castigo que le pusieron los espíritus, que unieron su cuerpo con el cuerpo del lobo.
- Entonces… el bisabuelo de Nessie no era uno de los que se habían venido aquí, ¿no? –dijo Caroline.
- No, pero parece que han venido aquí –sonrió Ben.
- ¿Y hay más lobos en otros lugares?
- Si –sonrió.
- Eso no es lo único –dijo Adrienne.
- ¿Hay más? –preguntó Caroline.
- Hay varias versiones sobre la licantropía, algunas afirman que puedes convertirte por medio de brujería, y ritos satánicos, que consisten en ponerte un cinturón o capa hechos con piel de lobo, a continuación se rezaban una serie de oraciones o se consumían unas pócimas y supuestamente pasas a ser un licántropo –contó Ben.
- Suena como si fuera una secta –opinó Caroline.
- Es que lo es –dijo Adrienne- adoraban a seres sobrenaturales e incluso hoy en día lo siguen haciendo –entonces una rama rujió al ser quemada por las llamas de la hoguera y Beth se sobresaltó.
- Luego existe otra leyenda que asegura que puedes ser infectado.
- ¿Infectado? –preguntó Caroline.
- Si, por medio de una mordedura de un lobo o un licántropo, cuando eres mordido su saliva se mezcla con tu sangre y surge una mutación –explicó Adrienne.
- Y queda la más importante –dijo Alex- es en la que más creemos nosotros.
- ¿Cuál? –inquirió Caroline.
- La que dice que para ser un licántropo puro tienes que haber nacido la noche de Navidad a las doce de la noche, la noche de la anunciación o el día de San Juan.
- ¿Por qué es una en la que más creeis? –preguntó Caroline.
- Porque es la que más se ha cumplido en nosotros –dijo Ben- Yo nací el día de la anunciación y con luna llena, Will nació el dia de San Juan al igual que Alex, Andy nació la noche de navidad, y a Peter y Clarie les viene de genética, sus abuelos eran licántropos. Y Max… creemos que es infectado aunque él lo intente ocultar.
- ¿Por qué? ¿Se avergüenza?
- Si –respondió Alex. Caroline dirigió una mirada a Nessie.
- Yo no pertenezco a ninguna de esas leyendas, lo mío es genético, mi padre fue uno de los mayores hombres lobo que han existido.
- Por eso eres tan fuerte como nosotros –dijo Ben acurrucándola entre sus brazos.
Alex y Caroline se levantaron, cogieron la manta y fueron andando agarrados de la cintura hacia el coche. Adrienne les siguió por detrás mientras que Ben se quedaba apagando la hoguera.
Subieron los cuatro al coche y arrancó Alex el coche. Puso el mismo CD que había puesto antes. Dejó a Ben y a Caroline cerca de la casa de Adrienne, y Alex siguió con Caroline conduciendo.
- ¿Te ha gustado? –preguntó Alex.
- Si, me ha encantado, no olvidaré nunca este día –Caroline apoyó su cabeza en el hombro de Alex.
- Habrá muchos más como este –Alex sonrió.
Llegaron en frente de la casa de Caroline y se bajaron los dos del coche. Fueron andando hasta la puerta y Alex se puso enfrente de Caroline.
- Siempre cuidaré de ti –dijo Alex sonriendo.
- Lo sé –sonrió Caroline- ¿te gustaría ver mi casa? Yo ya vi la tuya.
- ¿Están tus padres?
- No, hoy no –cogió la mano de Alex y abrió la puerta.
- Entonces me encantaría –sonrío y la besó. Caroline le siguió el beso, y después fue a enseñarle la casa.
- ¿Qué quieres ver primero?
- Tu habitación –dijo Alex con una sonrisa pícara.
- Esa ya la conoces… pero vale –rió Caroline, seguidamente subió las escaleras y entraron en su habitación.
- Que bonita –Alex sonrió y fue a la ventana.
- ¿Qué haces? –rió leve.
- Te visitaré algunas noches –sonrió Alex.
Mientras Alex miraba por la ventana la distancia que había hacia el bosque, Caroline estaba sentada en la cama mirando. Alex se dio la vuelta y la miró sonriendo.
- Te voy a dar un consejo –dijo Alex.
-¿Cuál?
- Cierra la puerta cada vez que entres a tu cuarto.
- Vale, ¿qué vas a hacer?
- Darte una sorpresa.
- Me encantan las sorpresas –Caroline miró la ventana y sonrió.
Alex se sentó al lado de Caroline y la besó lentamente. La tumbó en la cama y se quedó encima de ella mientras la besaba.
Caroline siguió besándolo y noto que algo tocaba su abdomen, pero enseguida se dio cuenta de que era Alex. Alex le quitó la camiseta y le besó el cuello.
De repente los dos pararon a la vez, habían oído ruidos en la puerta.
- ¿Quién puede ser? –preguntó Alex.
- ¿Qué hora es? –Caroline miró a Alex y éste miró el reloj.
- Son las cinco de la madrugada.
- Mis padres…
- Mejor me voy –Alex le dio un pico a Caroline- adiós, nos vemos mañana.
- Adiós, te quiero –mientras decía esto, Caroline se estaba poniendo la camiseta.
Alex saltó por la ventana y miró primero que hubieran entrado los padres de Caroline. No los vio, y entonces fue corriendo hacia el coche, se subió y se fue a su casa.

Algunos cambios a partir del siguiente capítulo^^

A partir de ahora se cambiaran algunos nombres.
Beth pasará a ser Caroline, que también será llamada Carol.
Nessie pasará a ser Adrienne.
Gracias a todos por leer la historia, dentro de poco subiré más capítulos :3

viernes, 7 de enero de 2011

Capítulo 22

Nessie entró por la ventana de la habitación de Alex, dónde estaba Beth durmiendo, pensaba que era mejor que desde entonces ellas fueran buenas amigas, y sabía que Beth necesitaba apoyo después de todo lo que pasó el día anterior.
- Despierta dormilona si no quieres llegar tarde a clase –dijo Nessie gritando.
Beth se despertó asustada después de los gritos que le pego Nessie, ya que esta se puso a gritar al lado de su oído.
- ¿Qué hora es?
- Pues faltan quince minutos para que empiecen las clases.
- ¿Qué? –dijo Beth gritando.
- Venga, vamos a despertar a Alex.
- Espera, quiero darle una sorpresa, voy a hacerle el desayuno.
- Date prisa, las clases no van a empezar después solo por nosotros.
- Vale, ya voy –Beth se vistió rápido y bajo las escaleras para la cocina.
Cogió unos huevos que encontró en el frigorífico, hizo chocolate, que encontró en un cajón, y le hizo unas tostadas. Lo llevó todo a la mesa y se dirigió a Nessie.
- Vete ya para clase –Beth sonrió- voy a despertar a Alex, no tardaremos mucho.
- No tardéis mucho, faltan diez minutos.
- Si ya estamos vestidos –Nessie salió por la puerta, y Beth se acercó a Alex, y le dio un beso en la mejilla- buenos días dormilón.
- ¿Dormilón? Eres tú la que ha madrugado.
- No, faltan diez minutos para que empiecen las clases.
- ¿Ya es tan tarde? Qué raro, yo me suelo despertar temprano.
- Da igual, te he hecho el desayuno, te quería dar una sorpresa –Alex se levantó rápido del sofá y fue a la mesa.
- Oh, Beth, no tenías que haberte molestado –Alex tenía una sonrisa de oreja a oreja- tiene muy buena pinta.
- Pruébalo –Beth sonrió y le dio los cubiertos.
- Vale, pero lo hago por ti, que vamos a llegar tarde –Alex empezó a comerse los huevos, luego las tostadas y terminó con el chocolate, en menos de cinco minutos, luego miró a Beth y sonrió- soy rápido, tendrás que acostumbrarte –luego le plantó un beso en la boca.
- ¿Nos vamos ya?
- Claro, pero con la moto no vamos a llegar.
- ¿Y cómo vamos a ir si no?
- Fácil, corriendo –Alex miró la cara que ponía Beth y sonrió de oreja a oreja- tu no vas a correr, seré yo.
- No vamos a llegar a tiempo.
- Corro muy rápido, y soy muy fuerte, son unas de las ventajas de ser licántropos.
Alex cogió a Beth en brazos y salió por la puerta corriendo. Tardaron en llegar cinco minutos. Así que cuando llegaron, ya estaba tocando el timbre, Alex dejó a Beth en el suelo y entraron al instituto.
- Menos mal que no hay nadie fuera.
- ¿Por qué?
- Porque no quiero que los demás chicos se pongan celosos de mí.
- ¿Celosos? No creo.
-¿Cómo que no? Si estoy saliendo con la chica más guapa del instituto –Beth le sacó la lengua.
- Me voy, nos vemos en el recreo.
- Adiós Beth, te extrañare cada minuto que pase.
Beth se dio la vuelta y pasó a su clase, y Alex también se fue dirección a su clase. Las clases se pasaron rápido, ya que ninguno de los dos atendió al profesor.
Mientras que Alex y Beth estaban en clase, Nessie y Ben salían de su clase, para reunir a todos los licántropos. El padre de Max era el director del instituto, y su padre fue de clase en clase para llamar a todos los lobos.
El padre de Alex les dejó su despacho para que pudieran hablar bien, ya que este sabía su secreto.
- Muchas gracias Max, nos va a servir de mucho el despacho de tu padre- dijo Andy.
- Lo he hecho con mucho gusto –sonrió.
- Bueno… a lo que íbamos. Han venido vampiros nuevos, y eso no lo podemos permitir, hay mucha gente cerca de ellos. Esta tarde vamos a luchar con ellos, antes de que ocasionen más daños.
- ¿Y no entrenamos? –dijo Alex.
- Yo creo que tendremos bastante con lo que llevamos entrenando estos días.
- Hablare con Elisabeth para avisarle de la pelea –dijo Nessie temblando.
- No tienes porque –le dijo Ben al oído mientras le acariciaba el brazo a Nessie.
- Vale, ahora en el almuerzo se lo dices –dijo Andy con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Dónde la vamos a hacer? ¿Y a qué hora? –Nessie no le hizo caso a Ben, mientras ella se estaba calmando con las caricias de Ben.
- En el descampado que hay en medio del bosque a las nueve de la noche, para que no haya nadie.
- Vale, yo se lo diré –Nessie ya estaba totalmente relajada y le dedicó una sonrisa a Ben.
Ben y Nessie salieron del despacho para ir a su clase, y los demás se quedaron dentro.
- ¿Y qué pasa con Beth? –preguntó Alex.
- Te quedarás con ella… por si acaso, es mejor que esté segura.
- Vale, esta noche dormiré en su casa… suerte chicos.
Al decir esto, Alex salió del despacho y se fue a su clase. Los demás se quedaron en el despacho hablando hasta que toco el timbre para el almuerzo.
Nessie fue con Raven y con Jessy a ver a Elisabeth. Cuando llegaron a la mesa, las dejaron solas a las dos.
- Hola chucho sarnoso, ¿Qué quieres?
- No mucho, solo quiero hablar contigo.
- ¿De qué?
- Es algo… urgente.
- Vale, cuéntamelo, pero que sea rápido.
- Me ha dicho Andy que os diga que va a haber una pelea.
- ¿Porqué?
- Ahora estáis muchos vampiros, y aquí hay mucha gente, no podemos ponerlos en peligro.
- No les haremos daño, son, digamos, que vegetarianos.
- Emm… ya lo ha dicho, así que no hay marcha atrás.
- Si que lo hay, estoy harta de ti, así que les vas a decir que no tenemos intención de matar humanos, y no vamos a cazar cerca de vosotros.
- No creo que me hagan caso.
- Si les dices las mismas palabras, si te hacen caso. Y ahora, quiero pelear contigo, pero no quiero que lo sepa nadie. Y si no quieres que le hagamos daño a Ben, vas a tener que cortar con él.
- ¿¡¿¡Qué!?!?
- Lo que has oído, si no quieres que le pase nada no digas nada de esto. Como parezca Ben, le mataré al instante. Hoy estamos a 24 de marzo, así que te dejo hasta el 31 de marzo para que rompas con Ben. Y la pelea será el 24 de abril, dentro de un mes.
- ¿Pero por qué?
- Porque te odio y ya estoy harta de ti, por eso quiero pelear contigo, las dos solas.
- Vale, no le diré nada de esto a Ben.
- No me basta solo con eso, vas a cortar con él, te doy dos semanas, el 31 de mayo me aseguraré según vuestro comportamiento si has cortado con él o no –Elisabeth miró fijamente a los ojos de Nessie- lo harás, ¿no?
- Vale, ya lo veras, y dentro de un mes pelearé contigo.
Nessie se fue con los licántropos y se sentó al lado de Ben, les contó que no quería que pelearan y que no iban a causar daño. Y cada vez que miraba a Ben pensaba en que iba a ser la última vez que iba a hablar con él. Llegaron a la mesa y Nessie se dio cuenta de que no estaba Will.
- ¿Dónde está Will?
- No ha venido a clase –dijo Andy.
Alex y Beth aparecieron por la puerta cogidos de la mano. Todos los que estaban en la cafetería se quedaron mirándolos sorprendidos.
- Nos está mirando todo el mundo –dijo Beth en un susurro.
- Es que les extraña, esto es nuevo para ellos –Alex le dedicó una sonrisa, su preferida.
- Hola chicos –gritó Max cuando llegaron.
- Por favor Max, compórtate –dijo Andy, luego miró a Beth –tengo que hablar contigo.
- ¿De qué? – Beth estaba extrañada.
- Tienes que ir con cuidado… sea como sea vamos a tener una pelea con los vampiros, aunque no sabemos cómo. Y tú vas a tener mucho peligro, así que os dejaremos alejados del pueblo a Alex y a ti –miró a Alex- tú la protegerás, tranquilo, podremos luchar sin ti.
- Vale, tranquilo, no le tocaran ni un pelo.
- Muchas gracias, Alex –luego se volvió otra vez a Beth- no te alejes de Alex, os iréis un fin de semana, todavía no sabemos cuál será, a una cabaña que hay en medio del bosque, pero será el día que tengamos la pelea. Otra cosa, no te lleves el móvil, y no puede saber nadie donde estáis.
- Vale… ¿eso es todo?
- Si, haz todo lo que te diga Alex, el cuidará muy bien de ti. Tómatelo como unas vacaciones –sonrió.
- Cuidaré muy bien de ti –le dijo Alex a Beth y luego la besó.
- Bueno vale, dejar de mostrar vuestro cariño, que estamos comiendo –dijo Peter.
- Vale, vale, ya e pillado tu indirecta –Alex se levantó y miró a Beth- ¿te cojo un bocadillo a ti también?
- Si, gracias –Beth sonrió, luego Alex se dio la vuelta y se fue.
- ¿Qué tal os va? –Nessie se sentó al lado de Beth.
- Pues muy bien… aunque creo que todo esto es culpa mía…
- No te creas, los vampiros son así de asquerosos, siempre tenemos problemas con ellos. Lo que pasa es que ahora que saben que estas con nosotros van a ir a por ti, y tú eres más débil que nosotros. Por eso tenemos que tener más cuidado, pero es como siempre.
- Amm… vale.
- No pasa nada Beth, si estas a mi lado no te tocara nadie –dijo Peter.
- Beth es de Alex, él la protegerá –Nessie miró a Peter con una sonrisa amenazadora- tú no tienes nada que hacer.
- Ah, ¿no? –le devolvió la sonrisa amenazadora- eso ya se verá, ¿qué te apuestas?
- Venga, dejar a la pobre en paz, acaba de enterarse de lo nuestro, esto seguro que es difícil para ella –Andy miró a Nessie y a Peter mientras decía esto.
- Ella se acostumbra enseguida, seguro que ya se siente como en la familia –dijo Peter y se rio.
- ¿Qué pasa aquí chicos? –Alex llegó con su bocadillo y el de Beth.
- Aquí va a haber pelea –dijo Max en bajito.
- Nada, solo estamos hablando con Beth –dijo Peter con un tono descuidado.
- En realidad han hecho una apuesta de que Peter iba a cuidar de Beth mejor que tu –dijo Ben y seguidamente le sacó la lengua a Peter.
- ¿Qué? ¿A qué viene esto? Estás celoso, ¿verdad? –dijo Alex gritando- ni se te ocurra tocar a mi novia o lo lamentarás.
- Solo estaba de broma –Peter miró a Beth y le guiño el ojo.
- ¡¡Basta ya!! –Alex se levantó de la silla dando un salto- se nota un montón que te gusta Beth, pero métete esto en la cabeza: Beth es mía, y yo cuidaré de ella, tú no tienes nada que hacer.
- ¡¡Dejaros de peleas!! –dijo Andy gritando- parecéis unos críos.
- Lo siento –dijo Peter agachando la cabeza- en realidad Alex tiene razón… y ya se que no tengo nada que hacer. Yo no la cuidaría tan bien como tú. Tranquilo, para evitarlo me voy a ir y no voy a volver, será lo mejor.
- No te vayas –Alex se sentó y abrazó a Beth con un brazo- te perdono, se que eres buena persona, y Beth es muy guapa, a cualquiera podría haberle pasado lo mismo.
- ¡Gracias Alex! –Peter levantó la cabeza y sonrió a Alex.
- Seguro que no eres el único que este celoso de mí –Alex soltó una risita bajita y dio una vuelta con la mirada a toda la cafetería- no dejan de mirarnos.
- Ya… es que tú tienes mucha suerte –Max empezó a reírse más fuerte- pero eso tiene una condición, vas a tener que estar siempre pendiente de ella, si no la quieres perder.
- Dejar de hablar de mí, ni que fuera un bicho raro –Beth se cruzó de brazos.
- No, es lo contrario –Alex le dio un beso a Beth en la frente- eres la más guapa, tanto que los chicos están celosos de mí porque estoy contigo.
- Seguro que no, te lo estás inventando –Beth le sacó la lengua y le abrazó.
- Nos vamos a clase –dijo Nessie, y justó después sonó el timbre- bueno… ya nos iremos todos, ¿no?
- Si, venga, vámonos –dijo Andy.
Todos se levantaron de la mesa, y se fueron poco a poco. Los últimos en irse de la cafetería fueron Beth y Alex.
- Estoy pensando en que ya que Ben y yo tenemos novia podríamos ir los cuatro a la playa y pasar una tarde romántica y divertida las dos parejas, ¿qué te parece?
- Me encanta la idea, parece perfecta.
- Luego a la salida lo proponemos, ¿vale?
- Vale –Beth sonrió y le dio un beso en la mejilla- te quiero.
- Pero yo más –Alex le devolvió el beso.
Alex y Beth se fueron cada uno por su lado, ya que sus clases estaban en direcciones opuestas.
Mientras Ben y Nessie esperaban en la puerta de su clase a que llegara el profesor. Ellos tenían la suerte de ir a la misma clase. Llegó el profesor y entraron a la clase, se sentaron en mesas juntas, como siempre, y así estuvieron las tres horas que les quedaban de clase.
A la salida se juntaron todos en un punto. Los primeros en llegar fueron Max y Peter, luego llegaron Andy y Alex. Después fueron llegando poco a poco todos los demás. Alex, al ver que Beth no iba, fue a su clase a por ella.
Cuando llegaron Alex y Beth, se dirigieron a Nessie y Ben para hablar con ellos, y los demás se fueron a su casa poco a poco.
- Hemos pensado en ir a la playa los cuatro, ¿qué os parece? –Alex mostraba una sonrisa de oreja a oreja.
- No es mala idea, llevamos tiempo sin hacer nada especial, y queremos celebrar lo vuestro –Nessie le guiñó un ojo a Beth mientras lo decía.
- Claro, me encantaría –Ben le dio un pico a Nessie.
- Entonces, mañana vamos, ¿vale? –Alex miró a Beth.
- Por mi bien –Beth sonrió.
- Claro que si, mañana sobre las cinco nos vamos a la playa –Ben le dio una palmada en la espalda a Alex –adiós chicos, pasároslo bien.
- Ya… y vosotros también –Alex se rio.
- Hombre pues claro –Ben abrazó a Nessie.
- Adiós Beth, adiós Alex –Nessie se dio la vuelta junto a Ben para irse- os quiero chicos.
- Mañana te daré una sorpresa, te dije que te iba a llevar a un sitio muy especial, y al final no pude, por eso te voy a dar una recompensa mañana –la miró sonriendo y la beso.
Alex llevó a Beth a su casa, y este se fue a su casa para prepararle la sorpresa a Beth. Buscó un CD de música de amor y un radiocasete para reproducirlo.
Después cogió la moto y fue a la floristería a encargar flores, las más bonitas que había en la floristería, y el ramo, el más grande.
A la vuelta se encontró con Peter.
- ¿De dónde vienes? Hemos ido a tu casa y nos ha dicho tu padre que no sabía dónde te había metido.
- ¿Y qué hacíais en mi casa?
- Pues que Andy ha dicho que quiere hablar con todos esta noche… Vamos a hacer turnos para vigilar el pueblo.
- ¿Ya ha sido la reunión?
- Si, y a ti te toca todos los días a las cinco de la tarde.
- ¿¡Qué!? ¿Por qué no me lo habéis puesto por la noche?
- Me lo he cogido yo.
- Pero no puedo… es el único momento que tengo para estar con Beth.
- Tranquilo Alex, yo cuidare de ella cuando estés vigilando.
- Lo has hecho aposta, ¿verdad?
- No… ha sido Andy el que lo ha dicho.
- Pues vamos a hablar con él ahora mismo.
Peter subió a la moto de Alex y fueron a casa de Andy, que se estaba entrenando en el garaje.
- Hola chicos, ¿qué hacéis aquí?
- Quiero hablar contigo –Alex se acercó a Andy todo lo que pudo con cara de mal humor.
- ¿Qué pasa? –miró a Peter preguntándole con la mirada.
- ¿Por qué me has puesto que vigile a las cinco de la tarde? ¿Y cuándo voy a poder estar con Beth?
- Yo no lo he puesto –Andy miró a Peter, y Peter se volvió andando despacio para que no le viera Alex.
- ¿Y quién ha sido?
- Lo pidió Peter, vamos, se puso de rodillas más o menos –Andy le dirigió una mirada de perdón a Peter por haberlo dicho.
- Pues ni sueñes que voy a vigilar a esa hora –Alex se acercó a Peter y le tiró al suelo- tú estás loco, ¿no? Dijiste que nos ibas a dejar en paz.
- Mira, a Max le da igual la hora… y a él no le he puesto nada… Si quieres le pongo tu hora a Max y así estas libre todo el día –dijo Andy.
- A mi me da igual no tener el día libre, pero las únicas horas que puedo estar con Beth las necesito libres… por favor.
- Te voy a decir lo mismo que a Ben y a Nessie, tienes tu vida, y no puedes malgastarla en vigilar. Nosotros solos podemos hacerlo, y si se complica la cosa o vemos a los vampiros te llamamos. Tu lo único que tienes que hacer es tener el móvil cerca, nada más.
- ¿En serio? ¿No os importa que esté con Beth?
- No, claro que no, estáis enamorados, disfrutarlo todo lo que podáis, y no quiero ser yo el que os lo impida.
- Gracias –Alex dirigió la mirada a Peter que todavía seguía en el suelo- eres idiota, pero nunca te saldrás con la tuya. Lo único que has conseguido con esto es perder a uno de tus mejores amigos.
Alex se fue antes de que nadie dijera nada y se fue a su casa para terminar de preparar lo que se iba a llevar el día siguiente a la playa.
Cuando llegó a su casa fue a buscar el CD de música que había pensado llevarse, y después cogió el casete y lo llevó a su coche.
Después de meterlo se quedó pensando en que más hacer, quería que fuera el mejor día. Cuando se le ocurrió pegó un salto de alegría, y fue corriendo a por su mesa desmontable, una vela, y dos copas con unos refrescos que sacaría después.
Cuando hubo preparado todo, lo metió en el maletero, también metió el ramo de flores y una nevera con comida y bebida para cuando estuvieran todos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Capítulo 21

Alex se despertó y fue a su habitación para ver cómo estaba Beth, pero ella había empeorado, le había subido la fiebre. Bajó a la cocina y buscó la medicina, era raro que no le hubiera funcionado todavía.
Primero le hizo el desayuno, ya que necesitaba comer antes de tomarse la medicina. Cogió unos huevos que tenía por allí, le hizo bacon, y luego preparó dos vasos de leche y otros dos de zumo. Cuando ya tenía todo lo subió a su habitación en una bandeja y lo dejó en la mesilla.
Se quedó mirando a Beth que dormía dulcemente, y sabía que iba a empezar a sufrir si la despertaba, pero si no se despertaba, iba a empeorar.
Se acercó a su cara y le dio un beso en la mejilla.
- Buenos días Beth, ¿qué tal estás?
Beth le miró sin poder pronunciar ninguna palabra, estaba muy mal. Se llevó la mano a la cabeza para que Alex viera que le dolía la cabeza.
- Desayuna y tómate la medicina –Alex señalo el desayuno- se cocinar muy bien, te gustará.
Beth le sonrió y se sentó en la cama. Alex cogió el desayuno y se sentó en la cama, al lado de Beth.
A la media hora ya habían terminado de desayunar, y Beth cogió un vaso de agua para tomarse la medicina.
- Por favor, ponte pronto bien.
- ¿Cómo lo hago? Yo no puedo controlarlo.
- Lo sé… es que no aguanto que estés así.
- No es culpa tuya.
- Me da igual… ahora te estoy cuidando yo, quédate en la cama todo el día, no te muevas, a lo mejor así te pones bien antes.
- Vale.
Alex bajó las escaleras, quería llamar a su padre para preguntarle por algún remedio contra su enfermedad. No podía aguantar ver así a Beth, estaba peor que el día anterior. Pero antes cogió el móvil para felicitar a Ben, ya que hoy era su cumpleaños.
- Felicidades colega.
- Gracias Alex, ¿qué tal con tu abuela?
- Está peor…
- Bueno… no pasa nada, pero te vas a perder una buena fiesta.
- Tranquilo, no pasa nada, pero no quiero dejar a mi abuela sola.
- Te dejo, que viene Nessie.
- Adiós Ben, pásatelo bien.
- Adiós
Alex colgó el móvil, no sabía qué hacer, porque se acordó de que le dijo su padre que no le molestara, y no quería dejar a Beth sola, así que se puso a ver la tele, y de vez en cuando subía a su habitación a ver como se encontraba Beth.
Se hizo de noche, y Alex subió a su habitación para ver si se encontraba mejor. Beth estaba durmiendo, con lo que Alex se acercó y le acarició la cara. Al sentir su roce, Beth se despertó.
- Lo siento… te he despertado –Alex sonrió al decirle esto- ¿qué tal estás?
- Mucho mejor… me siento bien.
- Me alegro… voy a mirar si tienes fiebre. –Alex bajó corriendo y subió con un termómetro.
- Yo creo que no tengo.
- Da igual, quiero asegurarme –le puso el termómetro.
- Gracias –Beth le sonrió.
- ¿Por qué?
- Por todo esto.
- No tienes por qué darlas, lo hago porque quiero – Alex le cogió el termómetro- ya no tienes fiebre, ya estás bien.
- Menos mal, yo creía que no me iba a poner bien nunca –se rió mientras miraba a Alex que tenía una sonrisa que ocupaba todo su rostro.
- Ahora duerme, necesitas descansar –sonrió- mañana te llevaré a mi sitio preferido.
- No tienes porque hacer todo esto, soy yo la que te debe un favor.
- Eres mi novia, eres mi vida, hago todo esto porque quiero.
- Bueno, vale, pero como tú también eres mi novio tendré que hacer algo para ti –Beth se tumbó en la cama y se durmió en el acto.
Alex bajó al sofá y se durmió también, pero no iba a dormir mucho, porque por la mañana tenía que ir a entrenar con los demás licántropos, antes de que se despertara Beth.

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Alex despertó en cuanto salió el sol. Fue a su habitación para mirar si había empeorado Beth, pero ella estaba mejor que nunca, ya no tenía fiebre y se la veía muy bien. Salió de su casa y se fue al punto de encuentro de siempre con los demás licántropos. Cuando llegó ya estaban todos.
- Has llegado muy tarde –dijo Ben.
- Es que hoy no he madrugado, Jejej.
- ¿Qué tal tu abuela?
- Bien –sonrió- ha mejorado, se va mañana por la mañana.
- Entonces… ¿Cuánto tiempo vas a estar?
- No mucho… ella no sabe lo nuestro, y la he dejado durmiendo, no voy a estar mucho tiempo.
- Pues empecemos… vamos a inspeccionar la zona lo primero… queremos ver que provocaba esos asesinatos, pero ahora ya no hay.
- Pues vamos, que tengo prisa.

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Mientras tanto, Beth estaba en la casa de Alex, se despertó y bajo a la cocina. Cuando había bajado, miró al sofá, pero no estaba Alex. Se asomó por la ventana por si había salido, pero no veía a nadie. Se dio la vuelta para volver a la cocina, y entonces se oyó un aullido por la ventana, Beth se asomó, los aullidos venían del bosque y no podía ver nada.
Subió a la habitación y se vistió. Bajo las escaleras lo más deprisa posible y salió de la casa. Se adentro en el bosque para ver de dónde venían los aullidos. Estaba todo oscuro, no podía ver casi nada. Mientras, Beth se iba adentrando más en el bosque.
Los vampiros estaban cazando por la misma zona en la que estaba Beth, y Ricky se puso delante de Beth.
- Mira lo que tenemos aquí -Ricky sonrió.
- Parece muy sabrosa –Dijo Andry.
- Ya tenemos desayuno –Rió Sam
Beth estaba asustada, “¿Quiénes eran? No los había visto nunca”, no podía moverse, estaba acorralada, porque detrás tenía otros dos. No podía pronunciar palabra, con el susto se había quedado sin voz y no podía gritar.
- ¿A qué esperáis? –dijo Mike.
- Si… tiene un olor dulce –dijo Matías.
Ricky se acercó a Beth y le olió el pelo. Después le mostró los colmillos. Beth cada vez estaba más asustada, no sabía qué era eso. Al momento, Andry se dio la vuelta.
- Algo viene hacía aquí.
- Será Elisabeth –dijo Ricky.
- ¿Y si son…?
- No creo, ella dijo que se encargaría de ellos.
- Si fuera ella, no vendría tan rápido.
- Tíos, no es Elisabeth –dijo Sam
- Vale… correr –grito Ricky
Un lobo gigante de color marrón oscuro, y un pelaje muy bonito y brillante, saltó sobre Ricky y le tiró al suelo, luego llegaron más lobos gigantes y se ocuparon de los demás.
Beth empezó a correr y no paró hasta que llegó a la playa.
Beth se quedó paralizada, asustada por lo que acababa de ver, al rato vio que un lobo de los que acababa de ver se acercaba a ella... “es el lobo marrón oscuro, el que me ha salvado”
Alex llegó donde estaba Beth y se quedó quieto mirándola, mientras ella hacía lo mismo. Estuvieron más de cinco minutos parados mirándose el uno al otro. Luego volvieron a aullar los demás lobos para llamar a Alex y este se dio la vuelta y se adentró en el bosque.
Beth no se creía lo que acababa de ver... todavía con cara de sorpresa se fue para casa de Alex.
Cuando llegó, Alex estaba allí.
- ¿Dónde estabas?
- Me he ido a comprar. No sabía que te ibas a despertar tan pronto -Beth miró a su alrededor
- ¿Y qué has comprado?
- Pues... comida.
- Por aquí no hay nada.
- Ya... lo he guardado.
- No te creo.
- Pues lo tendrás que hacer, porque eso es lo que le echo -dijo Alex gritando.
Beth suspiró y se sentó en una silla.
- Lo siento, perdóname -esperó haber si le decía algo Beth, pero ella seguía sentada mirando al suelo callada- no sabía lo que hacía.... perdóname por favor.
Beth miró a Alex.
- Tengo el presentimiento de que te estás callando algo muy gordo, y que no me lo quieres contar -Beth se quedó mirando a Alex a los ojos, Alex suspiró.
- No puedo.... decírtelo... lo siento, tendrás que averiguarlo por ti misma.
- ¿Cómo que no puedes?
- Me obligan a guardar el secreto.
- ¿Quién?
- Mis.... amigos.
Beth se levantó de la silla y se dirigió a la puerta lo más rápido que pudo, pero Alex fue más rápido y la detuvo.
- ¿Dónde te crees que vas?
- A hablar con ellos.
- No puedes.
- ¿Por qué?
- Ellos no pueden saber que estamos juntos, ni siquiera que te hablo.
- Me inventaré una excusa, pero yo voy a ir.
Alex se quedó plantado sin moverse. Mientras, Beth se dirigió hacia el bosque para encontrar a sus amigos.
Cuando Beth ya estaba dentro del bosque, Alex olió un olor raro... como a vampiro, y sin pensárselo siguió a Beth.
Elisabeth andaba por allí cerca, y vio a Beth.
- Hola Beth.
- Hola Eli.
- ¿Por qué me llamas así? ¿Acaso me ves cara de tonta?
- No… lo siento... yo creía...
- ¿Qué?
- Que no te importaba, que te llamaban así todos.
Elisabeth le enseñó los dientes mientras que se acercaba más a ella. Beth se asustó y caminó hacia atrás, hasta que se dio contra un árbol, mientras Elisabeth se acercaba más a ella, mostrándole los dientes.
Alex la vio y se puso detrás de Elisabeth.
- Déjala en paz, ella no te ha hecho nada malo.
- Cállate chucho, hoy voy a desayunar bien.
- ¿Desayunar? ¿Te has vuelto loca o qué? Ella es tu amiga.
- Me da igual… me ha ofendido, así habrá una persona menos, Jejej.
- ¡Déjala en paz! -Alex estaba furioso, y cada vez temblaba más.
- Vete chucho.
Alex saltó sobre Elisabeth mientras que se convertía en lobo en el aire. Beth estaba asustada, no sabía que estaba pasando, pero si tenía una cosa clara, “el lobo que había visto en la playa era Alex”.
Elisabeth se levantó y se fue corriendo, Alex dejó que se fuera y se adentro en el bosque, cuando salió ya era humano otra vez y fue con Beth para ver si se encontraba bien.
- ¿Estás bien? ¿Qué te a echo?
- Estoy... bien, has llegado en el momento oportuno -Alex suspiró.
- Me alegra que estés bien -le dedicó una sonrisa única, de oreja a oreja, que siempre la relacionaba Beth con Alex.
Se acercó a Beth y la abrazó con cuidado y esta le sonrió. Mientras que estaban ahí, llegaron los otros lobos, sin que estos se dieran cuenta.
- ¿Alex? ¿Beth? - dijo Nessie.
- ¿Alex? -preguntó Andy, inmediatamente Alex se dio la vuelta- ¿puedes venir?.
- Claro -Alex agacho la cabeza y se acercó a Andy.
- ¿Qué pasa? -preguntó Beth
- Emm... nada -Nessie se acercó a Beth- ¿qué hacías aquí con Alex?
- Pues... es difícil de contar... Elisabeth...
- ¿A estado aquí?
- Si… Se acaba de ir corriendo.
- ¿Qué ha pasado? -le preguntó Andy a Alex.
- Yo lo he visto todo... estaba por aquí cerca, lamento no haberte ayudado Alex, pero te has defendido muy bien -dijo Ben, que se acercó a Nessie y la besó.
Andy se acercó a Beth.
- ¿Lo has visto todo? ¿Sabes nuestro secreto? -miró a Ben- luego me lo cuentas todo con detalles.
- Si, estaba delante cuando pasó -le respondió Beth.
- Eso es cierto, estaba ella sola y se le acercó Elisabeth, luego fue cuando llegó Alex -intervino Ben
-Vale... pero vosotros... ¿estabais juntos? -quiso saber Andy.
- Desde el viernes por la noche -le respondió Alex.
- Te dije que no te acercaras a ella.
- No pude resistirme... pero ya sabe el secreto, y Elisabeth sabe ya que está conmigo... no se puede dar marcha atrás.
- En eso llevas razón... ten cuidado Alex, si la quieres de verdad.
- Claro -Alex sonrió, se acercó a Beth y la besó.
- Ya tenemos otra pareja -dijo Andy riéndose, a lo que se unieron los demás. Alex los miró con cara de pocos amigos y luego miró a Beth.
- Te voy a presentar a mis amigos, bueno... a la manada.
- Claro -miró a todos los que tenía a su alrededor- pero a algunos ya los conozco.
- Bueno...-miró a Andy- este es Andy, el jefe de la manada.
- Hola, encantada –le dedicó una sonrisa.
- A Ben ya le conoces.
- Si, y a Nessie.
- Ese es Max –señaló a Max, que en ese momento estaba haciendo el tonto.
- Hola Max, encantada –Beth se rió al ver lo que estaba haciendo.
- El que está detrás de Andy es Will –le señaló y esté salió de detrás de Andy.
- Hola Beth, encantado de conocerte, Alex nos habló muy bien de ti hace tiempo, jej –Beth sonrió
- Este es Peter –señaló a Peter.
- Hola Beth –Peter se acercó a Beth y le dio dos besos.
- Hola –Beth sonrió y le devolvió los dos besos.
- Es un poco joven tu abuela, ¿no? –dijo Andy y luego se rió
- Era la única excusa que se me ocurrió para que no vinierais a mi casa -dijo Alex.
- Pues ya no tendrás que mentirnos, jej.
- ¿Nos vamos Beth? Será mejor que estés en casa hasta que estés bien del todo –dijo Alex.
- Si ya estoy bien… mírame.
- Pero… mejor quédate hoy en casa… encima, es peligroso, hay vampiros por aquí.
- ¿Elisabeth es vampiro? –Beth se asustó al momento.
- ¿Cómo es que no lo sabes si ha estado a punto de morderte? –le dijo Nessie.
- Es verdad Beth, ha estado a punto de morderte –Beth se sintió mal porque Elisabeth antes era su mejor amiga, ahora era su enemiga.
- Vale, llévame a tu casa, no me encuentro bien –Beth se dio la vuelta dándole a todos la espalda.
- No te sientas mal, Beth –Nessie se acercó a Beth- Elisabeth solo actuaba.
- No me lo puedo creer, había confiado en ella.
- Nunca te confíes de un vampiro –esta vez fue Ben el que habló.
- Ya no lo haré… -Beth se acercó a Alex- m quiero ir ya… prefiero estar encerrada hasta mañana.
- Bueno… pues nos vamos –Alex se giró y miró a los demás- adiós chicos, nos veremos mañana.
Alex y Beth se alejaron y fueron a la casa de Alex. Cuando llegaron, Beth se fue a la habitación y se encerró ella sola. Alex subió a la habitación, pero al intentar entrar no podía, estaba echado el cerrojo.
Se puso a escuchar haber que pasaba dentro y oyó a Beth llorar en bajito. Llamó a la puerta para ver si le respondía.
- ¿Beth? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? Abre la puerta por favor –Alex estuvo esperando escuchando en la puerta, pero Beth no le hacía caso, ella seguía llorando, al esperar durante diez minutos, Alex volvió a hablar- por favor Beth, háblame, te puedo ayudar.
- No, no puedes –Alex se alegró al oír la voz de Beth otra vez.
- Abre la puerta, ya verás cómo te puedo ayudar… ¿es por Elisabeth?
- Si –Beth se acercó a la puerta y la abrió, todavía llorando.
- No llores por favor, me parte el alma verte así –Alex abrazó a Beth y le limpió las lágrimas- Elisabeth… seguro que tenías otras amigas con las que te llevabas mejor.
- Si… pero no me pensaba eso de ella…
- No te preocupes, me tienes a mí, ella no te hará daño, no dejaré que te toque –Le dio un beso en la frente y la separó para mirarla mejor a los ojos- confía en mí, ¿vale?
- Vale –Beth sonrió- te quiero Alex.
- Y yo te adoro –la abrazó con más fuerza- es muy tarde, duérmete ya, me voy abajo.
Beth se quedó en la habitación preparándose para dormir, y Alex bajó al sofá y se durmió al instante.
Cuando Beth ya estaba preparada se fue a meter en la cama, pero antes le envió un mensaje a Elisabeth: “Te odio Elisabeth, que sepas que ya no volveré a confiar en ti, no quiero volverte a verte”. Después de habérselo enviado se acostó y se durmió.

Capítulo 20

Nessie se levantó muy pronto y fue a prepararle el desayuno a Ben.
Cuando subió ya con el desayuno de Ben, se quedó parada mirando a Ben. Ben estaba tumbado ocupando toda la cama, durmiendo. Solo llevaba puestos unos calzoncillos.
Nessie fue hacia el equipo de música que había en la habitación y puso el volumen a tope. Ben se despertó de un salto.
- ¿Qué pasa? ¿A qué viene esto? –dijo Ben un poco asustado por la música.
- Felicidades dormilón –Nessie apagó el equipo y le llevó el desayuno a la cama.
- Oh gracias, no te tenías que haber molestado, con un beso tuyo me habría bastado.
- Mmm… pues solo tienes que pedírmelo –sonrió- recuerda que hoy soy tu esclava.
- Ya no me acordaba, jej –Ben la miró con una sonrisa pícara- bésame.
- Lo que usted ordene – rió y se acercó a Ben a besarle.
Ben la abrazó y luego se acercó a su oído.
- Vamos mejor a la playa –susurró.
- Vale, ahora vuelvo –Nessie pasó al cuarto de baño.
Cuando salió del baño, Ben ya estaba vestido. Salieron de su casa y fueron a la playa.
- Ben, se me ha olvidado coger una cosa, ¿me puedes esperar aquí?
- Claro, pero no tardes mucho.
Nessie se fue a un claro del bosque, donde había quedado con los demás licántropos.
- Hola chicos -dijo Nessie- ¿Qué le vamos a regalar al final?
- Yo voto por un móvil -dijo Andy
- No está mal, pero necesita ropa, le queda poca -dijo Nessie
- Tienes razón -dijo Will
- ¿Y si le regalamos el móvil y la ropa?
- Buena idea -dijo Andy- nosotros vamos a por el móvil y tú le compras la ropa, ¿vale?
- Vale, nos vemos aquí dentro de un rato... he dejado a Ben en la playa.
Nessie se fue a su casa corriendo, ya que el regalo lo tenía preparado desde hace tiempo, y regreso al acto. Cuando llegó al claro, ya estaban allí todos los licántropos.
- ¿No habéis ido? -dijo Nessie
- Si... es que ya lo teníamos pedido, solo lo hemos tenido que recoger, Jejej -dijo Andy
- Vale... yo tenía la ropa comprada también
- ¿Vas a por Ben?
- Sí, claro... vosotros nos esperáis en su casa, ¿no?
- Si, ya vamos para ya, espera, una cosa -se sacó un trapo del bolsillo y se lo lanzó a Nessie- lo vas a necesitar para taparle los ojos.
Nessie se fue otra vez a la playa, y Ben estaba sentado en una roca, esperándola.
- Has tardado mucho, ¿dónde has ido?
- A por unas cosas -le tapó los ojos a Ben con el trapo.
- ¿Qué haces?
- Espera... sígueme... es una sorpresa
Ben sonrió y siguió a Nessie hasta que llegaron a su casa. Nessie le colocó delante de una mesa en la que estaban los regalos. Le destapó los ojos y Ben se quedó impresionado.
- No teníais por qué haberlo echo
- Ya esta echo
Ben abrió los regalos, y al verlos beso a Nessie.
- Gracias -le dijo a Nessie, luego miró a los demás- muchas gracias chicos.
- De nada, es tu cumple, te lo mereces -dijo Nessie.
- Nessie tiene razón -dijo Andy.
- Voy a la cocina, tengo una sorpresa preparada para tú -dijo Nessie, y se separó de Ben para dirigirse a la cocina.
- ¿Otra?
- Si... bueno... más bien va a ser para todos, Jejej
- Te quiero -Ben la sonrió y se fue con los demás para hablar.
Nessie se despidió de todos con la mano y se metió en la cocina. Salió con una bandeja de pastelitos para todos.
- ¿Quién quiere?
- Que pregunta –dijo Max- seguro que todos.
Fueron todos corriendo hacia la bandeja y no dejaron nada.
- Bueno… Ya que he llenado la tripa… -dijo Andy- ¿quién quiere echarme un pulso?
- Yo mismo –dijo Will- ¿dónde nos ponemos?
- En la mesa –Andy quitó los regalos y se sentaron cada uno en una silla.
- Ey chicos, tener cuidado –dijo Ben- es la única mesa que me queda.
- Vale, vale, tranqui, no la romperemos –le tranquilizó Andy.
- Bueno… ¿empezamos ya? –dijo Will, y justo después apoyo el brazo en la mesa.
- Esto será muy fácil –rió Andy y pasó su brazo sobre la mesa cogiendo la mano de Will.
- Chicos con cuidado –Ben seguía con ellos vigilando sus movimientos.
- Claro –Andy empezó el pulso.
Al principio iba ganando Andy, pero luego Will apretó con más fuerza y empezó a ganar a Andy.
Siguieron con el pulso, empatados, llegaron a tal fuerza que se pusieron de pie para seguir con el pulso. Estaba empezando a hacer unos ruidos muy extraños la mesa.
- Chicos… -dijo Ben, pero no le hicieron caso.
La mesa terminó por ceder y se rompieron las patas, cayendo Andy y Will al suelo. En el suelo, debido al golpe, Will no pudo seguir, y ganó Andy.
- ¡¡Sí!! ¡He ganado! –Andy se levantó de un salto- Nadie puede conmigo.
- Chicos… me habéis roto la mesa –Ben señalo la mesa que estaba en el suelo.
- Ups lo siento –dijo Andy- pero ya es un poco tarde.
- Me vas a comprar una nueva.
- ¿No te vale el móvil?
- Tío, me has roto la mesa.
- Bueno… vale.
Ben fue hacia Nessie y la abrazó. Al momento llamaron a la puerta.
- Vamos a abrir –dijo Ben.
- Claro –Nessie sonrió.
- Emm… Ben… -dijo Peter.
- ¿Pasa algo? –le interrumpió Ben.
- Es mi hermana –Peter agachó la cabeza.
- ¿Qué hace aquí?
- No la iba a dejar sola en casa.
- Pero… pff.
- ¿Qué pasa? –Quiso saber Nessie.
- Es una larga historia –dijo Ben- será mejor que te quedes aquí, yo voy a abrir.
Ben se acercó con Peter a la puerta y abrió. Detrás de la puerta había una chica de pelo negro, liso y corto, y con ojos verdes. En cuanto vio a Ben se tiró a él y le abrazó.
- Clarie... será mejor que te quites de encima -dijo Ben.
- ¿Por qué?
- Por favor... quita de encima.
- No quiero -Clarie se pegó más a Ben.
- Clarie hazle caso -dijo Peter- Nessie se sentirá un poco incómoda en estos momentos.
Ben giró su cara hacia Nessie que los estaba mirando con cara de asombro. Clarie siguió la mirada de Ben.
- ¿Quién es esa? ¿Y por qué debería de sentirse incómoda?
- Clarie... -Ben se aclaró la voz- tu y yo no... pegamos.
- ¿Por qué?
- Te he dicho muchas veces que no. Y ahora... -miró a Nessie- ya tengo novia.
- ¿¡Qué!? -Clarie se separó de Ben y miró a Nessie con cara de odio- pero.. ¿por qué ella y no yo?
- Lo siento... -Ben se dio la vuelta y fue donde estaba Nessie a abrazarla.
- ¿Qué pasa? -Nessie abrazó a Ben y lo miró- ¿quién es ella?
- Vamos fuera mejor -dijo Ben, luego se dirigió a los demás- Nessie y yo vamos a ir a dar una vuelta, ahora volvemos. Mientras tanto disfrutar de la fiesta.
Ben y Nessie salieron de la casa y se dirigieron a la playa.
- Al final no nos hemos bañado -dijo Ben.
- Tienes razón. Pero... antes de bañarnos quiero que me cuentes que pasa con Clarie.
- Pues... bueno... ella... mas o menos... esta enamorada de mi desde hace tiempo -Nessie se quedó callada- y ella no me gusta a mí, solo existe una persona que pueda estar en mi corazón, y esa eres tu -Nessie sonrió- No hagas caso de lo que te diga Clarie... ella solo está celosa.
- Vale -miró la playa que ya estaba en frente- ¿nos bañamos?
- Claro -se quedo en bañador a la vez que Nessie- déjame hacer una cosa.
- Lo que quieras -Nessie sonrió- sigo siendo tu esclava, jeje.
Ben cogió a Nessie en brazos y se metió en el agua corriendo.
- No me sueltes -Nessie se agarró más fuerte a Ben.
- Mmm... No se -Ben metió a Nessie en el agua y la soltó.
- Oye -Nessie nadó detrás de Ben y cuando le alcanzó le hizo una aguadilla.
Estuvieron haciéndose aguadillas uno a otro toda la tarde hasta que ya se hizo de noche, y para parar el juego, Ben abrazó a Nessie.
- ¿Qué tal si nos vamos para la casa? Se van a extrañar.
- Bueno... pero falta poco para que se acabe el día.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que solo me quedan unas horas de ser tu esclava.
- Mmm... te las dejaré libres -Ben soltó a Nessie y fue nadando hacia la orilla- vamos.
- Vale.
Nessie adelantó a Ben mientras nadaban y salió del agua. Ben se acerco a Nessie y la abrazó dándole la vuelta.
- Te quiero... - le susurró Ben al oído.
Después la besó haciendo que se tumbaran sobre la arena, él encima de ella. Mientras la besaba le iba acariciando todo el cuerpo hasta que Nessie le paró.
- ¿No teníamos que ir a tu casa?
- Emm... si -se levantaron y se vistieron.
Mientras iban hacia la casa iban agarrados de la mano y lanzándose sonrisas.
- Entonces... ¿Clarie es licántropa? -quiso saber Nessie.
- Si, igual que su hermano Peter.
- Pues no la había visto antes.
- Es que se había ido con su padre... pero no se porque a vuelto.
Llegaron a la casa y entraron. Estaban todos menos Clarie.
- Ey Peter, ¿ya se a ido tu hermana? -Ben rió.
- Pues si, se aburría.
- Mejor, jeje.
Nessie se sentó en una silla y se recogió el pelo.
Ben notaba que Will no hacia nada más que mirar a Nessie y de vez en cuando le dedicaba alguna sonrisa.
- Will, ven, tengo que hablar contigo -le dijo Ben.
- Vale -dijo Will tranquilo. Los dos salieron fuera de la casa.
- ¿Qué estás haciendo? -Preguntó Ben.
- ¿De que?
- ¿Te crees que soy tonto y que no me doy cuenta que no haces nada más que mirar a Nessie y sonreírle? -Will se quedó callado.
- Eso es mentira -dijo al cabo de unos minutos.
- ¡No me lo niegues! -grito Ben enfadado- ¿Qué te pasa con Nessie?
- Ben, déjalo, no quiero estropear nuestra amistad.
- Lo que tengas que decir, dilo.
- Estoy enamorado de Nessie -soltó Will... Ben se quedó con los ojos como platos.
- ¿¡Qué!? -gritó.
- Eso.
Ben le dio un puñetazo a Will que lo hizo caer al suelo. Este se levanto inmediatamente.
- Ben, cálmate.
- ¿Cómo quieres que me calme? ¡Nessie es mía!
- No seas idiota. ¡Ni siquiera voy a intentar quitártela! -dijo Will pegándole un empujón.
- ¡Aprovecharas cualquier oportunidad! -dijo también empujándole.
Los dos cayeron al suelo y comenzaron a pelear, dándose puñetazos, ...
- ¡Eh, parar! -grito Nessie corriendo hacia ellos- ¡He dicho que paréis! -pero no le hacían caso- ¡Andy! -este la oyó y salió corriendo a separarlos.
- ¿Qué os pasa? -dijo separándolos- ¡Ben, estate quieto!
- Will, ¿qué pasa? -volvió a preguntar Andy.
- Ben piensa que le voy a quitar lo que es suyo.
- Habla claro -Nessie lo miraba confundida, y se fue al lado de Ben.
- Esta bien, voy a hablar claro -dijo Will mirando a Nessie- estoy enamorado de ti, Nessie.
Nessie no daba crédito a lo que estaba escuchando.
-¡¿Qué?! -dijo Nessie.
Ben intentó abalanzarse otra vez sobre Will, pero los chicos, que acababan de salir, se lo impidieron.
Will miró a los ojos a Ben y se limpio el labio que le estaba sangrando.
- Sera mejor que nos vayamos -dijo Andy.
- Yo también me tengo que ir -dijo Nessie mirando a Ben- mañana te veo -Nessie le beso y se fue.
Los demás se despidieron de Ben y se fueron también.

jueves, 25 de marzo de 2010

Capítulo 19

Ricky, Mike, Sam, Andry y Matías salían para ir al pueblo de Elisabeth. Era la una de la madrugada del sábado.
Se encontraron con Elisabeth por el bosque.
- Hola Elisabeth –la saludó Ricky con una sonrisa en su rostro.
- Hola niños, por fin llegasteis, creí que os habríais perdido.
- Nosotros nunca, somos muy buenos –después de decir esto Elisabeth se rió.
- ¿Dónde vamos a vivir? –dijo Andry.
- Pues en mi casa.
- ¿Y a qué esperas para enseñárnosla?
- Vale, seguirme, pero tened cuidado de que no os vea nadie.
- ¿Por qué? –preguntó Sam.
- Luego os lo explicaré cuando lleguemos a mi casa… seguirme.
Elisabeth salió corriendo dando un rodeo por el bosque, para que así los lobos no los olieran. Llegaron a un prado, muy apartado del pueblo. Allí había una casa grande de color blanco. La parte que daba al bosque oscuro era entera de cristal, y en la otra había ventanas pintadas de negro para que no pasase la luz.
Elisabeth los condujo al interior de la casa, y les enseño las habitaciones que iban a tener para hacer lo que quisieran. La habitación de Elisabeth era la más grande, y a diferencia de las demás, tenía la pared de color rosa claro, y el techo y el suelo eran de color blanco. En ninguna de las habitaciones tenia cama, pero si tenía un sofá enorme en medio, televisión de plasma y un equipo de música en cada una de ellas.
Elisabeth los dejó para que ordenaran las ropas y el armario, mientras se fue a dar una vuelta haber que planeaba Raven.
Fue a la casa de Raven y esta la recibió muy contenta.
- ¿Qué tal Elisabeth? ¿Ya han llegado los demás vampiros?
- Si, ahora mismo están en mi casa colocándose.
- Me los tienes que presentar, ya que se el secreto, no estaría mal, jejej.
- Claro, cuando quieras te pasas por mi casa y te los presento.
- ¿Qué vais a hacer con los lobos?
- Muy fácil, no se van a enterar.
- ¿Y eso como?
- No vamos a salir de mi casa, bueno… al menos ellos.
- ¿Y para cazar? –Elisabeth se quedó pensando.
- Pues si… si nos pillan tendremos que pelear, no hay otra solución.
- No les echaremos de menos –Raven empezó a reír.
- Si… claro… -Elisabeth se quedó mirando a Raven con cara pensativa, porque lo que esta no sabía era que Nessie también era loba…
- Me voy… tengo hambre y quiero comer antes de que salga el sol, ya me entiendes, jejej
- Claro, jejej, y ¿dónde vas a ir hoy?
- No lo tengo claro… me parece que voy a probar con el pueblo de al lado… los lobos están empezando a sospechar de mí.
- Bueno, vale, te dejo, adiós.
- Adiós Elisabeth.
Elisabeth se fue a su casa y estaban todos reunidos en la cocina, que la tenía de pega, la estaban esperando.
- Ya estamos en tu casa… explícate –dijo Sam.
- ¿Tiene que ser ahora?
- Luego será demasiado tarde.
- Bueno… pues que no somos bien recibidos aquí.
- ¿Por qué? ¿La gente sospecha?
- No… es peor.
- ¿El qué?
- Licántropos.
- ¿Licántropos?
- Si… aquí hay licántropos, si nos pillan nos pueden matar.
- ¿Cómo nos alimentaremos si no podemos salir de aquí?
- No lo se… nos alimentaremos de animales, y lo haremos sin que ellos se den cuenta, ellos no saben que estáis aquí.
- El domingo saldremos.
- Ya, pero iréis vosotros solos, yo buscare a los chuchos y los entretendré para que vosotros podáis cazar a gusto.
- Vale.
- Ir en cuanto salga el sol, por la mañana, a esa hora no suele haber mucha gente por el bosque.
- Claro, iremos a descansar a nuestras habitaciones… no saldremos hasta el domingo, así que el domingo nos avisas cuando tengamos que salir.
- Vale… hasta el domingo niños.
Cada uno se fue a su habitación y Elisabeth se quedó en la cocina pensando como entretener a los lobos el domingo, iba a necesitar la ayuda de su mejor amiga, Raven Evans.

lunes, 22 de marzo de 2010

Capítulo 18

Beth se despertó muy mal, le dolía la cabeza y la garganta. Por un momento no pensaba ir al instituto, pero al final si fue. La mañana se le pasó muy lenta, ya que no soportaba el resfriado, y cada vez estaba peor.
En el recreo se fue a la cafetería y se sentó ella sola en una mesa, necesitaba estar sola.
Mientras Beth hacia un esfuerzo por sentirse bien, Alex entraba por la puerta de la cafetería, y cuando la vio se acercó a ella.
- ¿Te encuentras bien?
- Si, más o menos –Beth no le miraba a los ojos, ya que no quería que se preocupase por ella.
- ¿Estás segura? Tienes mala cara, será mejor que te vayas a casa.
- Estoy bien, puedo aguantar.
Alex se sentó a su lado y le cogió la mano.
- ¿Por qué tienes la piel tan caliente? -Alez no la hizo caso y siguió hablando.
- Por favor, hazlo por mi –le miró con ojos tiernos para ver si así aceptaba.
- Solo faltan tres horas, aguantare.
- Bueno… -Alex se lo pensó mejor- pero a la salida te llevo en la moto a mi casa.
- ¿A tu casa?
- Se que estás enferma, y yo te voy a cuidar.
- Pero…
- Vendrás –no la dejó decir ninguna palabra más, y se fue de allí antes de que llegaran los otros lobos.
Después de que se fuera Alex, entraron Nessie y Ben por la puerta. Al ver Nessie a Beth, fue corriendo hacia ella.
- ¿Qué te pasa? ¿Cómo es que estás así?
- Es solo un resfriado, se me pasará.
- ¿Se te pasará? ¿Te has visto la cara?
- Estoy bien.
- No, no estas bien.
Ben llegó mas tarde y se colocó al lado de Nessie.
- Beth, te tienes que ir a tu casa.
- Solo quedan tres horas, no me va a pasar nada.
- Hazlo por tu bien.
Beth se quedó callada un minuto, y cuando se acordó que al día siguiente era el cumpleaños de Ben, subió la vista y le dirigió su mejor sonrisa.
- Por cierto, felicidades por adelantado Ben, mañana no te voy a poder ver.
- Gracias, ¿quién te lo ha dicho?
- Nessie
- Jejej, pues muchas gracias.
Después de felicitarle, no quería volver a la conversación de antes, por eso se fue corriendo a la clase, ya que faltaba poco para que empezase.
Las tres últimas horas de clase se le pasaron más lentas todavía. Hubo un momento en el que no sabía donde estaba. Beth creía que no iba a poder aguantar, porque cada vez tenía más fiebre.
Sonó el timbre de salida, y Beth no podía más, salió lo más deprisa que pudo y buscó a Alex.
Alex estaba en un rincón, apartado de todos sus amigos, al lado de la moto. Estaba esperando a Beth impacientemente.
Beth se acercó a él, pero ya no podía más, estaba muy débil, y en cuanto llegó donde estaba él, se desmayó.
Alex la cogió en brazos y se la llevó en la moto a su casa. Sus padres estaban visitando a su tía, así que la casa estaba sola ese día y el fin de semana.
Dejó a Beth encima de la cama, muy preocupado y fue a por un trapo con agua y se lo puso en la cabeza para la fiebre.
Beth no tardó mucho en despertar, y cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue a Alex.
- ¿Qué hago aquí?
- Lo que te dije.
- ¿Qué… pasó?
- Te desmayaste, pero ya estás bien… tienes fiebre, por favor no te muevas. Voy a salir a por medicinas, quédate aquí.
- Vale.
Alex se fue, y Beth se quedó tumbada en la cama soportando el resfriado.
Mientras esperaba a Alex vio que se había dejado el móvil, y que Andy le había enviado un mensaje, en el que ponía: “Vamos a hacerle un regalo a Ben, te necesitamos, como tu casa está libre podemos pensarlo allí, nos vemos en la casa dentro de una hora, adiós”.
Beth se quedó pensando que hacer…
“¿Qué pensarían si la ven en la cama de Alex? ¿Y si Alex no llega a tiempo?”
Lo único que sabía que tenía que hacer era levantarse de la cama.
Se quitó el trapo y se levantó, pero solo tubo fuerzas para moverse al sofá.
Media hora después llega Alex, y se encuentra a Beth tumbada en el sofá.
- ¿Por qué te has movido?
- Lo siento… pero… recibiste un mensaje y…
- ¿Mensaje? –la interrumpió- ¿de quién?
- De Andy –Beth le dio el móvil.
Cogió el móvil y se puso a leerlo.
- Mierda
- ¿Qué pasa?
- No pueden venir… ¿por qué hoy?
- ¿Por qué?
- Por nada.
- ¿Es por mí? Si quieres me voy.
- ¡No! Tú de aquí no te mueves. Voy a decirle que no, otro día.
Alex salió de la casa y llamó a Andy.
- ¿Qué pasa Alex? –dijo Andy.
- No puedo… tengo que cuidar de mi abuela, que está en mi casa, pídele disculpas a Ben.
- Pero tío, es su cumple.
- Lo se… pero no puedo, esto es muy importante.
- Bueno… adiós.
- Adiós.
Alex entró en la casa, y Beth seguía igual que antes.
- ¿Estás mejor?
- No se… yo creo que me ha bajado la fiebre.
- He comprado unas medicinas que te van a sentir muy bien. Y me e pasado por el videoclub a alquilar algunas pelis.
- Tengo que llamar a mi madre.
- Claro, el teléfono… ahora te lo doy.
Llegó Alex con el teléfono y se lo dio a Beth.
Mientras que Alex iba a por la medicina para dársela, Beth llamó a su casa.
- ¿Si? –dijo su madre.
- Mama, me voy a quedar en casa de una amiga a dormir este fin de semana.
- Emm… vale, pero el lunes te vienes a casa, ¿no?
- Claro, adiós mama, te quiero.
- Adiós hija, yo también.
Beth colgó el teléfono justo cuando ya llegaba Alex con la medicina.
- Tómatela, no soporto verte así de mal, me parte el alma.
- ¿Qué medicina es?
- Una que llevamos tomando en mi familia mucho tiempo, es muy buena.
Beth se tomó la medicina y Alex fue a poner una película. La película era romántica, no paraban de echarse miradas Beth y Alex mientras duraba la película.
En el final de la película, la parte más romántica, Alex se acercó a la cara de Beth. La miró a los ojos mientras le acariciaba la cara.
- No te muevas –le dijo Alex, sonrió, y se acercó más a su cara.
Empezó a besarla lentamente, y muy dulcemente. El beso duró más de un minuto, y al separarse, dulcemente de su rostro, le sonrió y dijo:
- Beth, te amo, no quiero estar lejos de ti, quiero tenerte junto a mí.
- Yo también te amo, y me encantaría estar contigo hasta el fin de mi vida.
- Pero me gustaría pedirte una cosa.
- Lo que quieras.
- Mantengamos esto en secreto, eres mi vida, pero no puede saber esto nadie.
- Entonces… quedemos en secreto.
Beth sonrió a Alex, y este le besó igual que antes.
Vieron otra peli y ya se les hizo de noche. Beth ya se encontraba mejor, la medicina que le había dado Alex le había hecho bien.
- Al final si funciona la medicina.
- Pues claro, ¿a caso dudabas de mí?
- No mi vida –sonrió.
- ¿No tienes sueño?
- Bueno… si, un poco.
- Duerme en mi cama.
- ¿Y tú?
- Yo dormiré en el sofá.
- Vas a estar incómodo.
- Me da igual con tal de que tú estés bien.
Beth se fue a la habitación de Alex y se acostó mientras Alex se quedaba en el sofá durmiendo.