viernes, 19 de febrero de 2010

Capítulo 16

Beth salía del instituto, cansada tras un largo día, los demás ya estaban reunidos.
- Hola Beth, ¿te parece si quedamos para hacer acampada? –Dijo Brian- los demás han accedido.
- Ok, de acuerdo –dijo sonriendo.
- Eh, invita a Ben, Jeje –dijo Brian.
- Pues claro que voy –saltó desde detrás de Nessie, abrazándola.
- Hey yo también quiero ir –dijo Alden Carter.
- Por supuesto –dijo Elisabeth, a lo que Raven se puso roja al quedarse mirando el uno al otro.
Por la tarde ya todos reunidos, mientras que Brian, Ben y Nessie montaban las tiendas, Elisabeth, Beth y Jessy empezaron a hablar sobre música y ropa.
Alden Carter se levantó y dijo:
- Voy a por leña mientras, ¿vienes Raven? –con una sonrisa tarde.
- ¿No puedes ir solo? –dijo esta, aunque deseaba ir con él.
- Soy inútil, ya sabes, sin ti no soy nada –dijo poniéndole ojitos.
“idiota” pensó ella y se fue con él, pasándole de largo, yendo ella delante, con paso firme adentrándose en el bosque, hasta que se oyó un ruido y sintió que no debería estar allí, todos sus sentidos se agudizaron, y los ojos se le tornaron rojos, mostrando los colmillos y se paró.
Alden Carter vino por detrás, la agarró y la besó aplastándola contra un árbol, y toda ella volvió a cambiar sin que él se diera cuenta “ha estado cerca” pensó Raven, y siguió besándole apasionadamente, como si no existiera otra cosa en el mundo, abrazándose apasionadamente, su latido comenzó a aumentar y eso les dio más placer, que deseaban con mucho gusto. Él empezó a descender sus manos por sus muslos, ella agarraba su cuello firmemente acariciando su cuello y espalda y descendió para quitarle la ropa, al igual que el (…) [pienso que tenéis suficiente edad para saber lo que va aquí, osea que lo dejo a la imaginación].
Cuando se iban a volver con los demás, ella sintió otro latido cerca de ellos, y se dio cuenta de que Brian los había visto, se despidió de Alden Carter, le besó otra vez, y se le volvieron a poner los ojos rojos, cuando corrió al encuentro de Brian que estaba exhausto.
- ¿Espiabas? –Dijo ella perpleja- Te voy a quitar las ganas.
- Que va, ¿Qué te pasa en los ojos?, no te espiaba, me das igual –dijo en tono pasota pero con tono de miedo, pero se asusto más cuando de repente vio a un puma delante de él que lo ataco y lo dejo en el suelo tirado.
Raven volvió a su estado humano y se dio cuenta de lo que había hecho, y salió corriendo viendo todo lleno de sangre, y escucho a Jessy venir, por lo que se dejo un poco más y cuando ella estuvo lo suficiente cerca fue con ella para ayudarla, aunque sería demasiado tarde…
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- ¿Qué ha pasado? –preguntó Ben mirando hacia Raven.
- No lo sé, yo no vi nada –dijo, viendo que Ben no se lo creía, pero era el único que sospechaba de ella.
Se llevaron a Brian al hospital, y permaneció ingresado ya que había caído en coma permanente, nadie sabía cómo ayudarle, y los lobos se habían reunido para proteger a los humanos afectados, que habían aumentado progresivamente. Pero no encontraban la causa.
La gente del pueblo creía que era cosa de los lobos, a lo que los chicos estaban afectados.
- ¿Cómo pueden hacer esto? –Pregunto Nessie- ¿Lobos?
- ¿Qué otra cosa puede ser? –pregunto Raven.
Estaban casi todos los amigos reunidos en el recreo.
- Sanguijuelas –bufo Nessie.
- ¿Has dicho algo? –saltó Elisabeth.
- Que va, digo que puede ser cualquier cosa –espetó Nessie.
- Pues yo pienso, que los estúpidos chuchos sarnosos deben ser eliminados, ellos tienen la culpa siempre de todos –dijo Elisabeth.
- Puedes pensar lo que te dé la gana, chupasangres de mierda –dijo Nessie a punto de transformarse, y al darse cuenta Ben, se la llevó corriendo.
- ¿Pero qué os pasa? –preguntó Beth- Desde lo de Brian estáis fatal, ¿chupasangres? –bufó ella.
- Si, pienso que debe ir a un siquiátrico –dijo Elisabeth.
- Ya, para –dijo Raven, escuchando a Alex gruñir, que se fue detrás de Ben y Nessie- ves lo que hiciste – y Beth también se fue.
- Sabes que has sido ellos –dijo Elisabeth- admítelo, dime que lo sabes.
- Te diré que se lo que pasó realmente, y te digo que no fueron ellos –pero no le contó nada más y se fue dejándole dejándola sola.
- Algún día se sabrán todos nuestros secretos –dijo Elisabeth.
“espero que nunca” pensó Elisabeth, volviendo a tener sed de sangre…

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